miércoles, 23 de noviembre de 2016

Un negocio que se faja en ventas


“El éxito de un negocio está en los ahorros”. Estas son las palabras de Jaime Castaño García, quien junto a su hermana Gloria Patricia Castaño García supieron llevar una idea a otro nivel y ahora ser los dueños emprendedores de Confecciones Salomé Ltda., mejor conocido como Fajas Salomé. Ella, como Gerente general y Representante Legal y él como Subgerente. Ambos con las mismas funciones.

Estos paisas de nacimiento, pero caleños de residencia, vienen de una familia muy humilde de 10 hijos. “Nos tocó muy duro, mi mamá lavaba ropa en diferentes casas para darnos estudio y así nos levantó. La mayoría terminamos el bachillerato pero no pudimos seguir estudiando por falta de recursos”, cuenta Jaime Castaño.

El 2 de mayo de 1985 viaja Jaime a Cali para empezar a trabajar en un Bingo, en el que le pagaban $500 pesos el turno. Después, cuenta, que se empezó a ganar $24.000 mensuales y era feliz con aquél sueldo. “Dormíamos en el piso en una colchoneta mientras conseguíamos la camita”, resalta. El primer sueño de este hombre, inteligente y destacado en los números, era llevarle un televisor a color a su mamá.

La perseverancia para él, era lo más importante a la hora de trabajar, “cuando había que doblar turnos o trabajar los festivos yo lo hacía, porque sabía que con eso iba a generar más ahorros. Nunca se debe descuidar el trabajo por otras cosas”. Esto, lo llevó en ese entonces, a tener una panadería y a convertirse en socio del Bingo Social en el que trabajaba.

Fajas Salomé se hace posible por tres aspectos relevantes: el ahorro, el sacrifico y las ganas de trabajar. “Lo más importante es ser honesto; en el trabajo, en el hogar, en todas partes”, recalca Gloria Patricia Castaño.  

La historia de Gloria Patricia es similar a la de su hermano. Regresó a Cali por la carencia de oportunidades en el pueblito en el que vivía (Marinilla, Antioquia). Empezó a trabajar de cajera en unas maquinas que tenía su tío, después trabajó con una prima en un almacén de ropa en el Centro y fue ahí cuando se presentó la oportunidad de las fajas.

Afirma Gloria, “con una cuñada empezamos a hacer fajas para nuestras amigas. Por ejemplo, el ‘body brasilero’ que se hacía con cualquier tela. Luego al ver la satisfacción por parte de ellas, compramos dos maquinitas y comenzamos en el garaje de la casa”.

Su primera puerta laboral se abrió en la ‘Feria del Brasier y solo Kukos’ (que aún está vinculada a Salomé), al dejar algunas fajas en consignación. Jaime entró a la empresa como socio capitalista, precisamente por los ahorros que había generado en sus otros trabajos. En el 2004, hicieron una negociación con la cuñada de Gloria, por ende la empresa queda a cargo de estos hermanos y es ahí cuando empieza a crecer.

“Han existido dos pilares fundamentales en este proceso. Carlos Mario, otro de nuestros hermanos, que entró a colaborarnos en la empresa y a sistematizar. Dios porque nos ha rodeado de muy buenas personas; desde el portero hasta la Gerencia de Fajas Salomé”, relata Jaime Castaño.

Otra característica importante para resaltar de Fajas Salomé es la confianza y la credibilidad que generan con sus clientes y sus proveedores. Ambos, con experiencia empírica de trabajar, insisten en que la honestidad es lo primordial, “lo más importante es cumplirle a tiempo a nuestros empleados. Gracias a ellos la empresa se mueve”, expresan.

Sin embargo, nada es tan fácil como lo piensan, según ellos. Los impuestos han sido una desventaja en este proceso. Gloria, en medio de una agradable conversación trae a colación la siguiente frase: “los hijos de los padres capitalistas: gomelos y los hijos de ellos: limosneros”, todo para hacer referencia a que las cosas cuestan y no se deben desperdiciar, “es importante resaltar que todo ha surgido poco a poco, quien mucho abarca poco aprieta, por eso hay que avanzar sin afanes”, dice.

A medida en que Fajas Salomé ha ido avanzado, el mismo mercado ha ido pidiendo sucursales. Empezaron en un garaje, luego en una bodega que se ubica en La Luna (Autopista con Cra 13) y actualmente cuentan con 42 locales. Están en las principales ciudades: Cali, Bogotá y Medellín. Sin embargo, también hacen presencia en Cartagena, Barranquilla, Pasto, Popayán, Ipiales, Bucaramanga, Cúcuta, Manizales, etc.  

En el 2006, Gloria Patricia realizó un curso en Gerencia Exportadora en la Universidad Icesi con Proexport, hoy Procolombia. Gracias a él, tiempo después logró exportar por pequeñas cantidades a EEUU, República Dominicana, Perú, Ecuador, entre otros. Hoy en día exportan aproximadamente a 20 países del mundo.

Por otro lado, generar empleo para ellos es un orgullo y una satisfacción enorme. Actualmente cuentan con 508 empleados directos. “Los tratamos con mucho cariño porque son parte del éxito de Salomé”, relatan. Confecciones Salomé Ltda sigue creciendo. Hoy en día tiene más productos como jeans, leggins y fajas de neopreno y latex. Sus objetivos a mediano plazo son las ventas online. Todo está migrando a lo digital y ellos quieren ajustarse al sector, “precisamente este mes sale en nuestra página web ‘el carrito’ con las ventas. Deben estar muy pendientes”, afirma Gloria.

El plus agregado de Fajas Salomé es la calidad de diseño, la responsabilidad social empresarial y el ‘ponerse en los pies del otro’. En resumidas cuentas, con ahorros, humildad y honestidad se puede salir adelante. Han demostrado en más de 12 años que la perseverancia y el contacto directo con el cliente son factores claves para triunfar, por eso hay que esforzarse siempre y tener metas a futuro. 

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