La travesía empieza a la hora de la salida de la universidad en un viernes común y corriente. Con una simple llamada, logro concretar el plan a seguir de la noche: la visita al motel temático Kiss Me. Aunque no era precisamente eso lo que sabía mi mamá, pues no me imagino la cara que pondría si le digo, primero, que voy a la carrera 15 con calle 29 y segundo, a un motel, de seguro no creería nunca que iba a hacer un trabajo de etnografía. Desde luego, emprendí mi viaje y aquí comienza todo.
A
las 8:00 p.m. decido abordar el transporte más “cómodo, ágil, y eficiente” el
famosísimo MIO. Sí, como de costumbre las sillas azules ocupadas con jóvenes
universitarios y otros cuantos atrapados entre maletines sin ni siquiera poder
respirar tranquilamente. Luego de media hora, casi llegando a la estación
Unidad Deportiva, opto por coger un taxi, pues así correría menos peligro… pero
sin antes entrar a Cosmocentro a comprar algo de comer: papas, crispetas y un
Soka para pasar la noche.
No quería llegar a Kiss Me como
una periodista en búsqueda de su trabajo de observación, pues pensaba que la
manera más eficaz de sacarlo adelante era refugiándome como una cliente más, de
las tantas que arriban a pagar 12 horas. Era lo suficiente para lograr mi
objetivo.
Al fin, con el taxímetro marcando
100 kilómetros, el taxi ha llegado. Por cierto, nunca pensé que la llegada
fuera tan sencilla al ver de lejos la descomunal estatua de 26 metros de altura
de la Venus de Milo, la diosa del amor. Al bajarme, fue tedioso encontrar la
recepción, pues la extravagancia que acompaña al motel se ve desde el
principio. De ahí, 20 segundos de silencio se presenciaron antes de hablarle a
la recepcionista, pues estaba sorprendida y a la vez deleitada con objetos tan
exóticos, que sin duda, se centraron en mi mirada antes que pagar los 40.000
pesos de la noche.
Las tarifas, ese pequeño detalle
fue lo que más me gustó, pues como todo colombiano siempre queremos ahorrar
cualquier pesito que tengamos en nuestro bolsillo. Darme cuenta que 3 horas a
tan sólo $25.000 en una suite sencilla o 12 horas a $40.000 en una suite con
Jacuzzi fue una de las cosas más placenteras de la noche. Decidí optar por la
segunda; tal vez pasar la noche en aquél lugar con una buena compañía sería el
plan perfecto y un buen abrebocas a un fin de semana largo.
“¿Está disponible la suite con
temática polar?” expresé. De seguro estar bajo un iglú me haría sentir como
toda una osa polar. La recepcionista me da la espalda y dice: “¿don Humberto,
hay disponibilidad en alguna con iglú?”… ese “don Humberto” me retumbó el oído
por varios segundos, pues sabía que era el creador de Kiss Me, o al menos su
larga nariz me lo confirmó. Dialogar con él era uno de los objetivos que tenía
al entrar a ese lugar, entonces decidí dejar a un lado el rol de cliente y
pasar al rol de periodista, por ese momento. El famoso creador de
‘Condoricosas’, otro motel muy parecido a la temática de Kiss Me, cedió a
hablar conmigo.
Más allá de conocer de su vida,
quería conocer las razones que lo inspiraron a crear dicho motel de esa manera.
Pues al menos ya conocía que ‘Kiss Me’ era llamado así porque en español
traduce ‘bésame’ y según Humberto, el beso es el comienzo de todo acto sexual.
También sabía que ‘Condoricosas’ es llamado así por su apodo (Condorito por su
prominente nariz) y porque es un lugar a donde se van a hacer cosas.
¿Qué aspectos han inspirado
el diseño y la creación de Kiss Me? con esa única pregunta entablé una larga
conversación con Humberto Villegas López.
“Soy una persona del pueblo, he
luchado para salir adelante. Fui vendedor ambulante en la ciudad de Palmira.
Como todo el mundo, pensé cómo iba a vivir más adelante, cómo sería mi futuro,
tenía que independizarme, no podía ser pobre toda la vida y aquí estoy”, así
empieza su relato Villegas López, quien vive en el sexto piso de Kiss Me con
una vista de 360 grados de todo Cali. Su decoración es muy similar al de las
habitaciones para los clientes, tiene una estatua de Anthony ‘el Pipa’ de
Ávila, reconocido jugador del América de Cali.
Viajes
Una de las razones para que
Humberto Villegas creara Kiss Me fue la motivación que obtuvo gracias a sus
diferentes viajes. “Kiss Me recrea lugares que algunas personas no tienen la
oportunidad de conocer. En Kiss Me usted conoce el mundo sin necesidad de
dinero”, así relata el creador de este lugar una de sus motivaciones. Villegas
quiso plasmar sus diferentes viajes en las esculturas del lugar.
Documentales de Discovery Channel
Los diferentes documentales de
Discovery Channel sirvieron también para la inspiración del dueño al momento de
crear este lugar. Dice él, que se demora entre uno y cuatro meses para la
creación de una sola habitación. Humberto expresa, “yo no necesito ayuda de
personas muy experimentadas en el tema, mis ideas simplemente las plasmo en un
papel y me reúno con los escultores que tengo a cargo para empezar”.
“Nadie nos puede imitar. Nosotros
nos gastamos 7 años en la construcción de este motel y la idea era que se le
dificultara a otra persona hacer lo mismo”, Humberto sonriente demuestra que
Kiss Me es una mezcla de cultura, historia, arquitectura, amor y pasión.
Cultura
“Cuando incursioné en las ventas
y me pude conseguir un capitalito, estudié administración de empresas. Me
sacaban de clase porque no tenía con qué estudiar, no fue fácil pero logré
graduarme”, así empieza Villegas una de sus etapas de vida, la cual con
granitos de arena hizo que creciera cada día más.
“Los jóvenes, que son el futuro
de este país, deberían interesarse más por la política y la economía. Kiss Me
no es solamente un lugar lleno de esculturas por diversión, sino una explosión
de cultura de todos los países. Mis pensamientos se ven ligados a lo que pienso
como persona”, aclara.
Al finalizar esta conversación,
continúo el recorrido hacia la habitación. Las palabras ‘novedoso’ e
‘innovador’ resumen lo que vi hasta llegar al cuarto. Creo que es el
único motel en donde alguien puede llegar observando todo lo que hay a su
alrededor con minucia sin importar el tiempo que esté perdiendo con su pareja
dentro de la habitación; o al menos así era yo. Hasta el sticker que cubría el
ascensor era gracioso, el logo de Kiss Me con una frase que lo acompañaba: “un
mundo temático diferente a todos” seguido de “acumula puntos y recibe entradas
gratis todo el año”. Cada una de las suites de Kiss Me acumula puntos y entre
más tengas, podrás ganar. Inclusive el recuadro con los puntos era muy parecido
al del Chontico y como el buen colombiano siempre se fija en los regalos o los
descuentos, era la estrategia perfecta para persuadir.
Hay que aceptar que llegué a
aquél motel algo precavida por los comentarios que me habían hecho
anteriormente, especialmente sobre el olor. Pero finalmente al entrar al
ascensor, me di cuenta que era un olor impregnado a fresita, no tenía nada de
malo.
Al llegar al quinto piso me
encontré de frente con un tigre, tan real como para asustarme. Sin embargo, la
habitación que me correspondió no era como me la esperaba, quería encontrarme
con Fidel Castro y Hugo Chávez o alguna de esas esculturas que tiene Kiss Me
con las que no paras de reír al verlas. Mi cuarto era sencillo a comparación de
otros, pero hay que resaltar la ‘ruleta del amor’ que había dentro de él, la
componían 16 posturas diferentes, de esas que creó Vatsiaiana, un religioso y
escritor de la India, autor de ese antiguo texto llamado: Kama sutra.
La Caverna Presidencial
Asimétrica tenía la escultura de una naturaleza compuesta por dos tigres, muy
formal como para hacer parte de Kiss Me. Los colores muy llamativos: el Jacuzzi
verde fluorescente, alrededor de la lámpara colores como el rosado y el azul, y
toda la pared pintada de otros cuantos más. Al lado de la puerta una carta
ofreciendo servicio de Sexshop y de restaurante, lo necesario para alguien que
amanecerá en el lugar. También, la habitación contaba con aire acondicionado
potente, pues el frío era a veces inevitable; y con una nevera bien
refrigerada, lo que me sirvió para guardar el líquido que traía desde
Cosmocentro; finalmente, un cuadro que le daba el toque perfecto a la
decoración, el cual traía el siguiente mensaje: “La caverna del amor…. Estimado
cliente, esta habitación está hecha con mucho amor para el amor” y sí,
efectivamente se notaba que la habían hecho con amor. Todo era muy fresco y
limpio.
Por un momento llegué a pensar
que la habitación que me había correspondido tenía una cámara oculta, lo que me
obligó a acercarme a mirar y resultó siendo un roto en la pared. Tal vez ese
cuarto necesitaba algo de mejora y reconstrucción.
Lo que sí tenía claro era que a
la salida no iba a bajar por el ascensor sino por las escaleras, quería admirar
los cuatro pisos restantes. Ver la estatua de la Venus de Milo por la parte de
atrás fue placentero por las nubes y el cielo azul que la acompañaba. Además de
placentero, fue gracioso mirar las esculturas que reemplazaban los soportes con
el que inician los pasamanos de las escaleras, eran dos mujeres totalmente
desnudas. Sin duda, la mayoría de las esculturas eran de condorito. Fue tanta
la afición por mirar todo lo que había en el lugar, que terminé yendo a donde
lavan las sabanas del motel, fue angustioso.
En fin, luego de un largo
recorrido en el motel Kiss Me, lo que me falta por contar queda a la
imaginación de cada uno, ya que la tinta de la pluma se está acabando y hay que
reciclar papel. En conclusión, Kiss Me te da la oportunidad de viajar por todo
el mundo sin tener que pagar un pasaje. Es bueno, bonito, barato y bacano: “4
b’s” ¿cómo la ves?
LINK DE PUBLICACIÓN:
http://elclavo.com/destacado/kiss-me-el-imperio-de-condorito-una-cronica-sobre-la-pasion-de-emprender/








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